El Aikido y yo.

Yo conoci el Aikido por la primera película de Steven Seagal, me sorprendio la facilidad con la que se deshacia de todos sin hacer técnicas espectaculares, me gustó porque no eran las típicas a las que estaba habituado ( las de pelis de Kung Fun o de Karate), sabéis a lo que me refiero, esas en las que saltan y tardan tres horas en caer o esas en las que de una patada o puñetazo matan a cuatro.
Entonces no tenia tiempo era joven, después la mili, después padre con las consecuentes actividades de las niñas (colegio, piscina, etc.), aunque gracias a esto volvi a descubrir el Aikido.
 
Mis padres están en un gimnasio cercano a casa desde hace años y un dia ví que ahí se hacia Aikido, acto seguido mandé a mi hija mayor a probar, ella me dijo ¡papa como mola esto del Aikido!, al final ella no se decidio porque de aquella eran todos muy mayores, no habia nadie de menos de veinte.
Entonces me animé a probarlo, era Octubre del 2008 y ahí estaba yo con cuarenta años recien cumplidos empezando a hacer Aikido.
Yo al principio pensaba, ¡esto del Aikido es facil!, son tres puñetazos, dos esquivas, dos patadas y cinco técnicas, lo aprendo yo en un mes. Pero nada que ver con lo que tenia pensado.
 
Los comienzos son siempre complicados y mis primeras impresiones fueron: esto es muy cansado (siempre acababa con agujetas), a ver para que sirve rodar, hay que hacer las técnicas primero de un lado y después del otro, ¡si soy zurdo hasta para dormir!.
Seguimos ahora vas a hacer tu primera técnica, como no sabes haces de Uke tres o cuatro veces, y Tori te dice: "para hacer bien de Uke debes tener en cuenta un par de cosas","cuando ataques hazlo sin ir vendido, con firmeza, y que no se te olvide que no te tiras tú, te tiro yo", ¡este tio me esta vacilando!.
Ahora viene la otra parte "haces de Tori", entonces vuelves a escuchar a tu compañero dándote más consejos: "cambia la guardia, abre la cadera, hazlo despacio..." ¡deja ya de vacilar!.
 
      
 
El tiempo va pasando y después de unos meses en los que te dices a ti mismo, "no mejoro nada, sigo siendo tan torpe como al principio", te das cuenta que poco a poco las técnicas van saliendo y piensas "he mejorado algo".
Pero ¿como saber si has mejorado?, la respuesta es complicada porque por un lado piensas he mejorado, no por que te examines para  un nuevo grado, sino porque notas que cada vez tu Maestro y tus compañeros mas veteranos te corrijen menos fallos. Pero otra vez el bajón. Fran ataca bien, cambia la guardia, ponte derecho, relájate, etc
Aunque como todo esto va por fases, yo suelo pasar por tres o cuatro distintas en cada curso:
Primera fase:  Eufórico -Este año arraso. Segunda fase: Optimista - Estoy mejorando muchísimo. Tercera fase: Desilusionado - No mejoro nada. Cuarta fase: Conformista - Algo he mejorado. Y como siempre mejoro vuelvo todos los cursos.
 
Ahora desde la perspectiva que da el tiempo y la práctica, descubres que son muchos ataques, esquivas, patadas y muchísimas técnicas con todas sus posibles variaciones, con lo cual te das cuenta de lo equivocado que estabas y que este te va a llevar algo más del mes que tenías previsto, (empiezo mi cuarto año y creo que aún voy a tardar un poco más en cogerle el tranquillo).
 
Para todos los que estáis empezando a practicarlo y penseis ¡soy un torpe, no me sale nada!, no os preocupéis, a todos nos ha pasado o nos pasa, lo único que se necesita es ser constante, para que al final del curso, espero que sintaís lo mismo que yo en mi cuarta fase de todos los años.
 
En resumen, el Aikido me ha aportado mayor confianza en mi mismo y en mis capacidades, mejor condición física, mayor coordinación corporal, etc
Por último, si buscas algo para aprender a defenderte en menos de tres meses practica otra cosa, pero si buscas al igual que yo, es un arte que ademas de enseñarte a defenderte enriquezca tu vida, practica Aikido.
                                                                                   
                                                                                                                      Francisco Martinez